CONFERENCIA EPISCOPAL DE HONDURAS
Mensaje
“Elige
entre los hombres del pueblo algunos que sean valiosos y que teman a Dios,
hombres íntegros y que no se dejen sobornar y los pondrás frente al pueblo como
jefes de mil, de cien, de cincuenta o de diez. Ellos harán de jueces para tu pueblo
a cualquier hora” (Éxodo 18, 21 – 22 a).
I.-
NUESTRAS INTENCIONES
1 – Los
Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, reunidos en Asamblea Ordinaria,
dirigimos este mensaje en primer lugar a todas las comunidades católicas de
nuestras diócesis y, también, a toda la población hondureña movidos por el
deseo de que estas elecciones generales del 24 de noviembre de 2013, sean un
paso en firme para el fortalecimiento de instituciones políticas que garanticen
una convivencia justa, libre y promotora de la dignidad de cada uno.
2 – El
11 de octubre de 2012 publicamos la carta pastoral titulada “Reflexiones con
motivo del actual proceso electoral en Honduras”. En ella manifestábamos nuestra
intención de “colaborar en el fortalecimiento del sistema democrático del país”.
Hoy, con el presente mensaje, reiteramos el mismo compromiso y la actualidad de
aquellas reflexiones.
II.-
UNA MIRADA CARGADA DE ESPERANZA
3 – En
estos momentos, y junto a la mayoría de la población, quisiéramos poder despejar
tantas dudas: ¿habrán elecciones transparentes? ¿Se desarrollarán en paz y sin
violencia? ¿Nos ayudarán a salir de la crisis que envuelve al país?, ¿Serán
aceptados los resultados?, etc.
A pesar
de estas incertidumbres, vemos ciertos signos, que podríamos considerar positivos,
en la sociedad civil, en los partidos políticos, en las instituciones. Signos de
que, aun cuando sigue influyendo el peso de algunos políticos incorregibles, la
confrontación, el descrédito del adversario, el fraude, el engaño y la
manipulación de los sencillos, van dejando paso a la sensatez y madurez
política.
Consideremos
algunos de estos signos:
4 – El
Tribunal Supremo Electoral (TSE), aun dando muestras de ciertas debilidades
internas, mantiene una actividad permanente de consulta y búsqueda para
establecer los mejores mecanismos que le permitan anticiparse a cualquier escenario
que pueda poner en entredicho los resultados en los comicios electorales.
5 - Los
candidatos presidenciales han mostrado madurez política al suscribir, el pasado
20 de agosto, ante las autoridades del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y del
Registro Nacional de las Personas (RNP) un “Pacto Político Ético” que les obliga
a respetar los resultados del los próximos comicios y a obrar con imparcialidad,
responsabilidad y transparencia. Así mismo, les compromete a desarrollar una
campaña electoral “basada en principios éticos, en la transparencia y en el
respeto de la Constitución y la legislación electoral”.
6 –
Diferentes instituciones internacionales han manifestado su interés en enviar observadores
para monitorear el proceso electoral. También diversas organizaciones de la
sociedad civil hondureña, se preparan para ejercer las funciones de observación
y auditoría social.
De
igual forma, algunas Universidades y plataformas de la sociedad civil están realizando
foros de discusión con los candidatos que logran despertar el interés de la
población hacia sus propuestas de gobierno. Ello es una excelente oportunidad para
que los candidatos y candidatas escuchen al pueblo.
7
–Miembros de la Iglesia Católica están presentes en todas esas plataformas; y también,
a través de los propios cauces tanto personal como comunitariamente, la Iglesia
Católica se suma al esfuerzo para que las elecciones sean transparentes. Un
ejemplo de ello es la “Campaña Educativa Política” que lleva a cabo Caritas de
Honduras, dirigida a toda la población. En dicha Campaña se da especial atención
a la juventud que se va incorporando a ese gran colectivo con derecho a ejercer
el sufragio, de manera que participen activamente “antes, durante y después” de
la elecciones.
III.-
NUESTRA VISIÓN PASTORAL
8 -
Miramos con profundo dolor y compasión el grave deterioro de la salud, de la enseñanza,
del trabajo, de la seguridad. Urgimos a todos los candidatos a mostrar su cercanía al sufrimiento que ese deterioro
genera y a presentar propuestas claras, con presupuestos creíbles para cambiar
estas situaciones. La conquista del poder no debe ser para abusar de él, sino
para usarlo en bien de toda la colectividad. Urgimos especialmente a los
candidatos católicos para que, desde un buen conocimiento de los principios de
la Doctrina Social de la Iglesia, se comprometan a estar siempre atentos a las
situaciones de injusticia y dolor. Revertir
la pobreza en todas sus manifestaciones es la tarea prioritaria de cualquier
gobierno.
9 – El Papa Juan Pablo II afirmó: “En el
ejercicio del poder político es fundamental aquel espíritu de servicio que,
unido a la necesaria competencia y eficiencia, es el único capaz de hacer
“transparente” o “limpia” la actividad de los hombres políticos, como
justamente, además, la gente exige. Esto urge la lucha y la decidida superación
de algunas tentaciones, como el recurso a la deslealtad y a la mentira, el
despilfarro de la hacienda pública para que redunde en provecho de unos pocos y
con intención de crear una masa de gente dependiente, el uso de medios
equívocos e ilícitos para conquistar, mantener y aumentar el poder a cualquier
precio.” (Christifideles laici, 42)
10 –
Creemos muy necesario, en este momento de la historia de Honduras, que estos
comicios sean, según la expresión popular, una auténtica “fiesta cívica”, para
que podamos transitar de la celebración de las elecciones generales a la celebración
de la vida en la que la DIGNIDAD DE LA PERSONA y sus DERECHOS sea respetada, y
en la que el BIEN COMÚN se imponga como criterio ético y operativo de toda
forma de gobierno. Por eso, no cabe ver tampoco las elecciones como un fin;
son, tan solo, un medio para que nuestra democracia sea verdadera.
11 – Es
todo el pueblo hondureño, no sólo los partidos políticos, quien debe recuperar
su soberanía y su protagonismo en la vida pública y en la vida política. “Es
responsabilidad de todos mantener la gobernabilidad del país, de manera que el
pueblo hondureño pueda expresarse como sujeto de su propio destino, organizarse
para encontrar alternativas a sus problemas y participar en la toma de decisiones,
fiscalización, control y ejecución de los asuntos gubernamentales. No puede
darse un cambio profundo y duradero si no participa en el mismo toda la población”
(Carta pastoral “Por los caminos de la esperanza”, nº 55)
12 – En
nuestra anterior carta pastoral acerca del proceso electoral, hacíamos énfasis
en lo inadecuado y negativo que resulta el abstencionismo. Porque significa
abandonar el derecho a participar y permitir que la democracia quede en manos
de una minoría que, amparada en la legitimidad del proceso electoral, se impone
sobre todo el pueblo. Al votar adquirimos la fuerza moral de reclamar a las
autoridades elegidas el cumplimiento de sus obligaciones, que son mucho más importantes
que sus promesas. Confiamos en que las Instituciones del Estado que tienen la
responsabilidad de documentar debidamente a la población lo hagan en el tiempo
necesario que permita a todos los ciudadanos el ejercicio del voto.
IV.-
NUESTRAS PROPUESTAS
13 –
Pedimos a todas las personas con derecho a ejercer el sufragio, que lo hagan conscientemente,
es decir, con conocimiento de la realidad, habiéndose informado sobre las
candidaturas y después de haber reflexionado y orado sobre lo que más le
conviene a Honduras.
14 –
Confiamos en que el pueblo sabrá escoger a sus representantes entre los candidatos
y candidatas de probada integridad, que viven y defienden los principios
democráticos, los valores éticos de sinceridad, laboriosidad, honradez, transparencia,
respeto de las opiniones ajenas y claro compromiso por el bien común,
especialmente de la población empobrecida y marginada. Candidatas y candidatos
que vivan más preocupados por el futuro de las próximas generaciones que por el
resultado de las próximas elecciones.
15 –
Les pedimos también, por el bien de Honduras, que voten libremente, es decir,
sin condicionar ni malversar su voto ni por sobornos, ni por presiones o amenazas,
ni por simple costumbre. Que voten por quienes muestren un mejor conocimiento y
cercanía a la realidad, por quienes dediquen más tiempo y energía a explicar
sus propuestas, habiendo dado pruebas de su honestidad y compromiso con la
justicia, así como de respeto al sistema democrático.
16 –
Exhortamos al electorado a que esté vigilante y dispuesto a detectar y denunciar
cualquier fraude o práctica ilegal que pueda alterar la transparencia y el resultado
de los comicios.
17 –
Exhortamos a las comunidades cristianas a que aprovechen esta oportunidad que
nos ofrecen las elecciones para dar un verdadero testimonio de participación, de
conciliación, de unidad y de respeto, por encima de los colores políticos.
V.-
NUESTRA CONFIANZA EN EL FUTURO
18 –
Confiamos en que el proceso electoral bien realizado y con elevada participación
ciudadana, dé paso a una reorganización social y política que permita “la
elaboración de un proyecto nacional incluyente al servicio de una democracia
pluralista, participativa, justa, responsable, respetuosa de la dignidad humana,
dialogante, promotora del bien común y defensora de los Derechos Humanos. Que
sea este el estilo de vida y cultura democrática de nuestro pueblo.” (Carta
pastoral “Reflexiones con motivo del actual proceso electoral en Honduras”, n°
26)
19 – La
participación en la construcción de una sociedad justa y solidaria es tarea permanente.
Como católicos, y a la luz de la fe reconocemos las exigencias de una “caridad
política” que hemos de vivir permanentemente. (Ver “Lumen Fidei” nn. 50, 54)
Urgimos a todos los católicos no solo a participar en el proceso electoral sino
a promover y participar habitual y activamente en patronatos, asociaciones de
padres, sindicatos, asociaciones profesionales y empresariales, y en toda
iniciativa que promueva la participación y la defensa de la dignidad de cada
ciudadano.
20 –
Confiamos en que si se logra un proceso electoral basado en los valores que hemos
mencionado, es más factible que, a nivel internacional, se corrija la imagen que
muchas naciones tienen de Honduras como país violento e ingobernable. En este
mundo globalizado no podemos menospreciar el respeto al que tenemos derecho por
parte del concierto de naciones tanto a nivel regional como continental e
intercontinental. Y, sobre todo, será invaluable la satisfacción personal y
comunitaria de haber contribuido, con nuestra participación, a mantener la
esperanza de futuro para ese “Estado de Derecho, soberano, constituido como república
libre, democrática e independiente”, que es Honduras, tal como nos define el
artículo 1 de nuestra Constitución.
21 –
Pedimos con fe al Señor que ilumine nuestras mentes y corazones para que actuemos
honrada y dignamente ante un acontecimiento que es vital para nuestra patria.
Que el Señor nos dé el sentido de la responsabilidad para actuar pensando,
sobre todo, en un futuro digno, seguro y pacífico para los niños y jóvenes que
tienen derecho a recibir la mejor herencia posible: una Honduras reconciliada y
en paz.
Santa
María de Suyapa interceda por Honduras ante su Hijo y nos bendiga con su maternal
protección.
Comayagüela,
9 de octubre de 2013.
CONFERENCIA
EPISCOPAL DE HONDURAS
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