Saturday, December 31, 2011

Asociado de las franciscanas de la Sagrada Familia

Ayer, el 30 de diciembre, fui asociado formalmente como un asociado con las franciscanas de la Sagrada Familia (que tiene su casa matriz en Dubuque, Iowa), en una Misa en la iglesia San Marcos, en Gracias, Lempira.

En la misma ceremonia  Erika fue recibo en el noviciado de su congregación, la primera miembra hondureña de su congregación. También, Bety fue reconocida como voluntaria con las hermanas en Gracias.

Padre Loncho, Hermana Paty, Bety, yo, Hermana Erika, Hermana Nancy


Como parte de la ceremonia en una Misa en Gracias, donde las hermanas tienen un convento, compartí por que quisé asociarme con ellas.


Quiero ser un asociado de la congregación de las Hermanas franciscanas de la Sagrada Familia para profundizar mi compromiso con Jesús, Dios hecho carne como un hombre pobre en una tierra oprimida.

En una manera, es volver a mis raíces: estudié seis años en un seminario franciscano en el colegio y dos años de la universidad.

Francisco, el hombre pobre de Asís, quiso servirle a Dios como un pobre entre los pobres, Su compromiso al evangelio, a las buenas noticias a los pobres, abarca un amor de Jesús, Dios encarnado, y una identificación con los pobres y marginados.

Busco esta relación con las hermanas franciscanas de Dubuque porque ellas son comprometidos a los pobres, a la paz, y al cuidado de la creación maravillosa que Dios nos ha dado. Además, las hermanas en El Salvador y Honduras me han inspirado y también me han ayudado en mis camino.  Encontré Hermana Pat Farrell y Hermana Kay (Katalina) Koppes en 1987 en el campo de desplazados en Calle Real, El Salvador. En 1992, en durante un sabático, trababa con ellas, y con Hermanas Carol (Carolina) Besch y Nancy Meyerhofer por más que 6 meses en Suchitoto, El Salvador. En Mayo 2006, Hermana Nancy me presentó a Monseñor Luis Alfonso Santos, obispo de la diócesis de Santa Rosa de Copán, Honduras. Desde junio de 2007 he vivido mi vocación de voluntario con la diócesis.

Pero, siento que necesito una comunidad – para apoyar y desafiarme.

Ojala la asociación me va a ayudar a profundizar mi compromiso a la gloria al Dios y al servicio de los y las pobres.