Comunicado con motivo de la asamblea ordinaria
TEGUCIGALPA, viernes, 9 de octubre, de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado que ha emitido la Conferencia Episcopal de Honduras el 8 de octubre de 2009 con motivo de su asamblea ordinaria.
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"Busquemos lo que contribuye a la paz y nos hace crecer juntos" (Rom. 14, 19)
1 - Los Obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, reunidos en Asamblea Ordinaria, nos sentimos muy unidos a todas las personas que, dentro y fuera de Honduras, tienen puesta su atención en el diálogo que se está llevando a cabo para buscar una salida constructiva a la crisis política que vive el país.
2 - Hemos experimentado en carne propia, en la Iglesia y en la sociedad, los sufrimientos, divisiones y violencia que esta prolongada crisis ha traído consigo. Hemos vivido la preocupación y el temor de que se buscase la solución por caminos de violencia.
3 - Manifestamos nuestro apoyo al diálogo reiniciado el día 7 del presente mes. En todo momento hemos abogado por esta pedagogía del diálogo sincero, que busca diligentemente la solución mejor para todos en la caridad y en la verdad.
4 - Pedimos a los directamente implicados en el diálogo y a quienes ellos representan que "superando las tendencias particularistas cada uno se esfuerce en buscar la verdad y perseguir con tenacidad el bien común" (Palabras del Papa Benedicto XVI sobre la situación de Honduras en el Angelus del domingo 12 de julio de 2009).
5 - No podemos continuar en la incertidumbre, la tensión personal y social y en el deterioro económico. Es urgente una solución justa, pacífica y acordada que "asegure la convivencia pacífica y una auténtica vida democrática" (Palabras del Papa Benedicto XVI).
6 - La presencia de los miembros de la OEA, de la Comunidad Europea y de la prensa nacional e internacional, es un signo del interés que existe en que este diálogo lleve a buen puerto la nave del país. El pueblo de Honduras tiene puestas muchas esperanzas en este diálogo nacional, las cuales no pueden quedar frustradas pues nos llevaría a una decepción grande y a una creciente tensión personal y social.
7 - En este clima de diálogo que debe ser respetuoso y comprensivo cualquier forma de violencia, de palabra o de obra, sería perjudicial y atentaría contra las actitudes que lo favorecen, y llevaría a la perdida de credibilidad de quien la provoque.
8 - Creemos que el diálogo establecido no se reduce a una técnica de solución de conflictos sino que tiene una dimensión ética, pues su ejercicio implica actitudes morales y está al servicio de lo que es bueno, justo y verdadero para nuestro pueblo. En consecuencia, los que se sientan a "la mesa del diálogo" tienen una grave responsabilidad ante Dios y ante la sociedad, que no deben olvidar ni subestimar.
9 - Somos conscientes de que un acuerdo político no es la solución total a los graves problemas que aquejan a Honduras, pero por lo menos situaría al país en las condiciones institucionales aptas para afrontarlos, en el marco de un plan conjunto, con la participación de todos según el criterio de subsidiariedad y con un nuevo estilo de gestión política que "ponga el bien común como el principal imperativo para la construcción de nuestra sociedad" (Carta Pastoral de la Conferencia Episcopal de Honduras, "Por los caminos de la esperanza" nº 15, marzo 2006).
10 - Estamos orando con insistencia y confianza para que Dios nos conceda a todos, y en especial a los responsables de este diálogo, sabiduría, capacidad de escucha, sensibilidad social y espíritu de discernimiento. Sabemos que muchas otras personas están orando por esta intención. Invitamos a los fieles católicos y a todos los creyentes a intensificar esta oración para que Dios nos conceda tiempos de convivencia pacífica, justicia social y desarrollo solidario.
Tegucigalpa, 8 de Octubre de 2009
Firman el arzobispo y obispos del país
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